Gerda Taro, de nombre Gerta Pohorylle, nació en Stuttgart y se educó en Leipzig, Alemania. Como pertenece a una familia judía, huye de los nazis a París en 1933. Allí vive un estilo de vida bohemio con su amiga Ruth Cerf y acaba conociendo a Endre Ernő Friedmann, más conocido hoy como Robert Capa. Juntos comienzan a documentar la Guerra Civil española en 1935, después de que Gerda inventara sus alter ego para vender mejor las fotografías de Endre y las suyas propias. Inspirados por sus propias convicciones políticas, sólo fotografían la lucha de las tropas republicanas contra las tropas franquistas rebeldes. Ambos intentan estar lo más cerca posible de la acción, un objetivo que acaba provocando la muerte de Gerda. A pesar de que sus fotografías sólo cubren un año de la guerra, sus fotos son las que dieron la vuelta al mundo. Junto con Robert Capa y con David Seymour, desarrolló la fotografía de guerra moderna tal y como la conocemos hoy en día durante este corto periodo de tiempo. Como oficialmente era la agente de Capa y éste vendía muchas de sus fotos como propias, hubo que esperar hasta la década de 2000 para que la gente empezara a reconocerla como artista por derecho propio y no sólo como su compañera: En 2007 se encontró en Ciudad de México la llamada Maleta Mexicana, una maleta que contenía miles de negativos que se creían perdidos por Capa, Taro y Seymour. Desde entonces, se sabe que muchas fotografías originalmente atribuidas a Capa fueron tomadas por Gerda. Sin embargo, durante su corta vida, Taro fue muy conocida y cuando murió en 1937 a manos de un tanque, – sólo tenía 26 años – miles de personas asistieron a su funeral en París. El cortejo fúnebre, encabezado por Pablo Neruda y Louis Aragon, se convirtió en una manifestación contra el fascismo.